
- En AGROMIN 2024 proponen que el canon minero debe ser redirigido, con la finalidad de contribuir con el desarrollo de los sistemas ancestrales de cultivo.
- Con esta medida, las comunidades mejorarán sus producciones, ampliarán su mercado y mejorarán sus indicadores de salud nutricional.
El Perú es un país bendecido con una gran variedad de productos alimenticios, para beneficio de su gente y el mundo. Produce y exporta papa, maíz, camote, granos y tubérculos andinos, frutales, cacao y otros cultivos que representan la mayor cantidad de la producción nacional agropecuaria. Sin embargo, en la sierra, donde incluso se cosechan varios de los llamados “superalimentos”, la desnutrición y la anemia infantil están muy presentes.
Este problema de salud deriva, evidentemente, del grado de pobreza que se vive en varias zonas de esa región, tierra donde, irónicamente, nació el alimento que acabó con el hambre en Europa y otras partes del mundo: la papa domesticada de los incas. Esta pobreza y la escaza salud nutricional también alcanzan a las familias de un gran número de pequeños agricultores, algo que tampoco se termina de entender.
Precisamente, en la tercera edición de AGROMIN, la convención que aborda temas sobre el desarrollo conjunto del agro y la minería, el profesor Alipio Canahua, consultor de proyectos nacionales y de cooperación internacional, expuso el tema y propuso algunas alternativas para solucionar esta problemática, poniendo como eje central el trabajo del Estado y la contribución de la minería.
Canahua explica que estos agricultores, cuyas familias están dentro de los índices de desnutrición y anemia infantil, son productores a escala familiar. Por lo tanto, es ese tipo de agricultura el que se debe impulsar para combatir la pobreza y, por ende, beneficiar la salud nutricional de sus familias y comunidades.
“Los agricultores de escala familiar nunca han estado aislados. Ellos figuran dentro de la gobernanza de las comunidades andinas. Están incluidos en la gestión comunal desde tiempos del virreinato. Por lo tanto, siempre han estado visibles”, precisó el profesor Canahua en la Universidad Agraria La Molina, donde se desarrolla el evento.
Canahua propone que el canon minero debe ser redirigido, con la finalidad de poder impulsar los sistemas ancestrales de cultivo, de escala familiar, para que estos pequeños agricultores puedan mejorar su producción, ampliar su mercado y abastecer a sus propias familias y comunidades. Ese sería el camino para vencer a la pobreza y superar la desnutrición y anemia infantil.
“La FAO en 2018 ha considerado estos sistemas agrícolas andinos como patrimonio de la humanidad, y por lo tanto constituyen las bases de los sistemas agrícolas en todo el planeta. Es por eso que debemos apoyarlos para que se revalorice el mundo andino”, finalizó el experto.
Promover la competitividad sostenible en los alpaqueros
Está claro que el mundo andino ofrece una variedad de alimentos importantes, pero también lo hace con sus productos ganaderos. Un ejemplo claro son las alpacas, cuyas fibras (lana) son altamente valoradas en los mercados internacionales. Una demanda y posicionamiento que no necesariamente se refleja en la economía de los alpaqueros.
En AGROMIN 2024, Cayo Warthon, gerente general de Andes Agro Consultores, expuso las necesidades urgentes de los campesinos que crían alpacas, muchos de ellos en situación de pobreza. “Tenemos que superar la brecha de pobreza de 133 mil familias alpaqueras a nivel nacional. El cambio climático, la degradación de los pastos son parte de la problemática”, señaló Warthon.
La propuesta que establece el especialista, parte por elevar la productividad ganadera familiar mejorando varias condiciones, como la fertilización de los suelos, de donde se alimentan los camélidos, o la siembra estratégica, En esa línea, el ichu es una alternativa, porque soporta las temporadas más frías en esas zonas.
Sin embargo, en paralelo, debemos mejorar las condiciones de vida de los campesinos, como la construcción de viviendas con servicios básicos de agua y electricidad, así como calefacción, todo a base de energías renovables como la solar (paneles solares). En eta etapa es necesario apoyarse en los excedentes de la minería, actividad que ha estado siempre ligada a la agropecuaria. Su impulso impactará tremendamente en la vida y el trabajo de los alpaqueros andinos.