
En mayo de 2024, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 2026 como el Año Internacional de la Agricultora, reconociendo la vital contribución de las mujeres en la agricultura global.
“La designación del 2026 como el Año Internacional de la Agricultora es un reconocimiento a la labor de las más de 922 mil mujeres productoras agrarias del país, quienes con su trabajo diario garantizan la seguridad alimentaria y nutricional de más de 30 millones de peruanos y peruanas”, aseguró Giovanna Vásquez, directora de la Dirección de Promoción de la Mujer Productora Agraria del MIDAGRI.
“Pero también es un llamado a la acción para comprender mejor las necesidades y barreras que enfrentan las mujeres rurales e indígenas, y así, desde el Estado, podamos continuar brindando servicios que las ayuden a empoderarse”, agregó.
Invisibles pero presentes
¡Qué sorpresa enterarme de esto! afirmó Fortunata Palomino, presidenta de la Asociación Allin Puriy de Ayacucho y una de las más de 7,400 mujeres beneficiadas por la Estrategia de Emprendimiento de la Mujer Rural e Indígena (EEMRI), al enterarse de que 2026 será el Año Internacional de la Agricultora. «Ya era hora de que le demos el valor que se merecen a nuestras agricultoras, porque son ellas también quienes llevan los productos al mercado. Gracias al trabajo de la agricultora, toda la humanidad se beneficia, tanto en nuestro país como en el extranjero, especialmente con los productos naturales que cultivamos» recalcó.
En el país, según el Padrón de Productores Agrarios, hay un 54.4% (1,104,881) de hombres productores frente a un 45.6% (925,746) de mujeres productoras. Ellas desempeñan un papel crucial en la supervivencia económica de sus familias y en la seguridad alimentaria del país, pero enfrentan diversas barreras en su día a día.
Las mujeres rurales son las que menos tierras poseen; según el INEI, solo 3 de cada 10 propietarios son mujeres. Esta desigualdad es una barrera que perjudica el empoderamiento económico de las mujeres rurales y limita su acceso a créditos financieros.
Además, según la Encuesta Nacional de Uso de Tiempo (ENUT), las mujeres en el área rural destinan 11 horas más al trabajo que los varones a la semana, principalmente en labores domésticas y de cuidados en el hogar. Esta situación perjudica el uso del tiempo de las mujeres para capacitarse debido a la sobrecarga de labores. Según la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA) 2022, el número de hombres que recibieron capacitaciones triplicó al de las mujeres.
Estas cifras resaltan las brechas que existen actualmente y subrayan el gran reto de visibilizar la presencia de las mujeres rurales e indígenas. “Es un reto colectivo, una tarea que debemos asumir como sector en los siguientes meses considerando el 2026 como el Año Internacional de la Agricultora”, agregó.
Compromiso con el empoderamiento de la agricultora
El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) actualmente brinda dos servicios enfocados exclusivamente en las mujeres agricultoras: la Estrategia de Emprendimiento de la Mujer Rural e Indígena (EEMRI), promovida por la Dirección de Promoción de la Mujer Productora Agraria y ejecutada por Agroideas, que ha beneficiado a más de 7,400 mujeres productoras agrarias; y el Crédito Agromujer de Agrobanco, que ha apoyado a más de 12,000 pequeñas productoras agropecuarias entre 2023 y 2024.
EEMRI en la APEC PERÚ 2024
El próximo 13 de agosto en Trujillo se presentará a la Estrategia de Emprendimiento de la Mujer Rural e Indígena (EEMRI) junto a otras experiencias exitosa internacionales en favor de las mujeres productoras agrarias, en el “Workshop sobre la asociatividad como estrategia para mejorar la competitividad de las mujeres en la agricultura de pequeña escala en las economías miembro de APEC”.