Lima, setiembre de 2025. Un vaso de leche al día puede marcar la diferencia en el
desarrollo de un niño. Se trata de un hábito alimentario que la ciencia avala y respalda, en
términos de desarrollo físico, aprendizaje y salud a largo plazo.
En la etapa escolar, durante la cual los pequeños demandan más energía y concentración,
los papás deben ser conscientes de que la lonchera no es un simple complemento, sino un
refuerzo primordial para el rendimiento académico y el bienestar emocional de sus hijos. Y
en esa ecuación, la leche ocupa un lugar protagónico, convirtiéndose en un alimento
indispensable.
En Perú, el consumo per cápita de leche alcanza los 80 litros al año, con una producción de
más de 2 millones de toneladas, de acuerdo con datos del Ministerio de Desarrollo Agrario y
Riego (MIDAGRI), una cifra que si bien refleja la presencia del lácteo en la dieta familiar,
todavía invita a reforzar su incorporación diaria, sobre todo en la alimentación escolar, para
alcanzar los 120 litros anuales, recomendados por la Organización de las Naciones Unidas
para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En este contexto, Tetra Pak, empresa reconocida mundialmente por sus soluciones de
procesamiento y envasado de alimentos, comparte recomendaciones de especialistas en
nutrición que destacan las razones por las que la leche sigue siendo la mejor opción para
acompañar la etapa de crecimiento y aprendizaje de los más pequeños:
Mejora el rendimiento escolar: la leche contiene vitaminas del complejo B, que aportan el
sistema nervioso y la memoria, indispensables para el aprendizaje. David Sepúlveda,
investigador del Programa de Consumo de Lácteos de la Federación Panamericana de
Lechería (Fepale), indica que existen estudios de instituciones educativas que muestran que
“los niños que desayunan adecuadamente, incluyendo lácteos, tienen un mejor desempeño,
presentan mayor capacidad de concentración, mejor memoria y un rendimiento superior en
materias como matemáticas”.
Fortalece los huesos: Rafael Cornes, experto en nutrición y coordinador de Fepale, señala
que el calcio presente en los lácteos es de alto valor biológico, indispensable en niños en
etapa escolar, y agrega que “los depósitos de calcio en el organismo comienzan a formarse
en la infancia y alcanzan su pico máximo a los 23 años. Ese proceso de acumulación es
clave debido a que el calcio que no se incorpore durante esos años no se recuperará más
adelante”.


Para alcanzar este objetivo, Cornes recomienda un consumo de leche en cantidades
adecuadas, según la edad: entre 1 y 3 años, 2 porciones diarias; entre 4 y 8 años, 3
porciones; y entre 9 y 18 años, de 3 a 4 porciones. Cada porción equivale a una taza o vaso
de leche (común, descremada o deslactosada) de 200 a 250 ml.
Refuerza el sistema inmunológico: sus vitaminas A y D, junto con minerales como el zinc,
fortalecen las defensas naturales de los niños, ayudándolos a enfrentar virus y resfriados
comunes. Para Sepúlveda, esto cobra especial importancia en la edad escolar, cuando los
menores están más expuestos a contagios en las aulas. Un sistema inmunológico
fortalecido reduce el ausentismo escolar y permite que los estudiantes aprovechen al
máximo sus horas de aprendizaje.


Conserva su inocuidad en envases seguros: al almacenarse en envases asépticos, como
las cajas de cartón para bebidas de Tetra Pak, la leche pasa por un proceso UHT (Ultra High
Temperature) que elimina microorganismos y asegura su esterilidad. Esta tecnología única
evita el uso de conservantes y la necesidad de refrigeración, al mismo tiempo que protege el
producto de agentes externos. Así, la leche llega al consumidor segura y lista para beber, en
presentaciones prácticas que acompañan la jornada escolar de los niños
Aporta energía: la leche es fuente de proteínas y carbohidratos de absorción lenta, lo que
ayuda a mantener estables los niveles de energía durante toda la mañana. Según el Colegio
de Nutricionistas de Lima, un vaso de leche entera diluida al 50% (100 ml de agua y 100 ml
de leche) aporta 133 calorías, 6.3 gramos de proteínas, 7.7 gramos de grasa, 10.9 gramos
de carbohidratos y 231 mg de calcio, nutrientes que mantienen a los niños atentos en clase,
activos en el recreo y con la vitalidad necesaria para participar en sus actividades
académicas y deportivas.
Incorporar la leche a la rutina escolar es una decisión sencilla que tiene un impacto
duradero, fortalece el cuerpo, potencia la mente y brinda a los niños mejores oportunidades
de aprendizaje. Un vaso de leche al día puede marcar la diferencia en su desarrollo físico,
intelectual y emocional.

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